Angelina Gradas

Atlixco. Este miércoles dos de febrero desde muy temprano los católicos se dieron cita en las iglesias de la ciudad, principalmente en el templo de San Agustín y en la parroquia de Santa María de la Natividad. Cargados con uno o hasta cinco niños Dios en manos, revivieron una de las actividades religiosas más importantes en esta religión.

La actividad terminó hasta las ocho de la noche con la última misa en cada uno de estos templos que se llenaron a tal grado que muchos de los asistentes tuvieron que escuchar misa en el atrio de los inmuebles.

Muchos de los niños Dios portaban el traje del doctor, porque es la forma en que la gente pide que la etapa peligrosa de esta pandemia termine, “Hace un año nos quedamos en casa refugiados y con la petición a nuestro Niño Dios de cuidarnos del Covid. Y así ocurrió”, compartió Amalia Rodríguez quien llegó acompañada de su hija y con una pieza cada una entre los brazos.
“Escogimos el traje rojo con blanco del Niño de la Salud porque los tiempos así requieren. Quizá los sacerdotes no estén muy de acuerdo. Pero es una manera de aferrarnos a algo en momentos difíciles. Y no falló”, acotó.

Tras la eucaristía, adelantó, el desayuno fue tamales de cominos de la comunidad indígena de La Magdalena Axocopan. Y por la tarde enchiladas rojas. “Con la fe renovada en ellos, podremos seguir haciendo frente a todo esto. Y está claro: la petición para este año a ellos es poner fin a la enfermedad. El anterior, sin duda, era salvarnos”, cerró. 

Por la noche doña Irene hizo lo propio, pero ella, su hija, yerno y nietos escogieron la parroquia en el zócalo de la ciudad para llevar a su bebé a escuchar misa. Con veladoras en mano y el pequeño bebé sentado en su trono de rey, salieron tras recibir la bendición para llevar la figura a casa de la abuela esperando os cuide, proteja y bendiga todo el año por venir.