Ángel Ríos

 

Atlixco. El proyecto Cola de Lagarto, que incluye un campo de golf de 18 hoyos, con una casa club y dos pequeños lagos, además de un conjunto habitacional de 222 unidades unifamiliares con superficies de 950 hasta 3 mil metros cuadrados, complejo de lujo que colindaría con La Ciénega y San José El Recreo, que además tiene una inversión privada de más de 520 millones de dólares, se vende ya en redes sociales. 

 

Esto tras recibir los permisos oficiales del gobierno federal y estatal, para continuar con su construcción la cual ya lleva al  menos un 40 por ciento de avance.

Como un “verdadero paraíso conjugado con la naturaleza” se oferta en las redes, presumen en su presentación, que se integra con la naturaleza del Tentzo para construir su identidad contemporánea a partir del cerro sagrado, descubriendo y comunicando las riquezas y pertenencias del lugar encontradas en el agua, flora y fauna, pero también en todos aquellos mitos, voces y leyendas transmitidos por los viejos del pueblo.

Dicha comunidad “se integra espiritualmente al paisaje, reconociendo el valor que moldea lo cotidiano, un acuerdo casi sagrado entre los habitantes de Cola de Lagarto, que con el paso del tiempo, se convertirán en los guardianes del Tentzo, y el propio territorio, al que ahora llamarán Campo Mítico”.

La propuesta de diseño que se plasmará en los proyectos en Cola de Lagarto, asumen los inversionistas, buscará ser lo menos protagónico posible, respetando el entorno natural en el cual se posará y elogiando las increíbles vistas del sitio, a partir de una selección acertada de materiales locales y una resolución de interiorismo creativa y homogénea.

“Se desarrollaron cuatro tipologías de diseño, basadas en sensaciones y materialidad, que servirán de referencia para todos aquellos arquitectos o diseñadores que trabajen propuestas fincadas en Cola de Lagarto”.

Carbón, ceniza, cal y agua, serán los pilares de diseño que potencializan la memoria forestal, el cuidado del Señor del Tentzo y la conciencia colectiva de la comunidad, tejiendo una identidad única con el paisaje, justifican en su oferta inmobiliaria.

Sin olvidar “el uso práctico de los recursos en cada área del desarrollo, así como la energía y disciplina deportiva, constituyen la base de la cotidianidad de los usuarios, donde a partir de constantes repeticiones de acciones (competir y ganar en el terreno de juego, reforestar y honrar al cerro sagrado) se convierte en la esencia de habitarlo, apropiándose de sus mitos, bondades y misticismo”.

El campo de golf, diseñado por Jim Engh, “es mucho más que 18 hoyos y una rutina deportiva conocida, se trata de un programa global deportivo y de recreación, articulado alrededor de la conciencia del entorno natural y social, revalorizando un entorno endémico y vinculándose socio-económicamente con la población contigua”.

Cabe mencionar, el proyecto, ingresado el pasado mes de diciembre, fue "suspendido por información adicional". Y paso a proceso de evaluación por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) para saber si cumplía o no con los ordenamientos locales, estatales y federales.

A pesar de que la compañía ingresó los documentos necesarios y que el siguiente paso sería que la Secretaría emitirá un resolutivo, el pasado 14 de marzo el dictamen fue interrumpido.

Y es que la empresa que presentó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) pretende cambiar el uso de suelo de 221.44 hectáreas en el municipio de Atlixco, pero 88.61 de ellas son parte del Área Natural Protegida (APN) de la Sierra del Tentzo.

De acuerdo con información del Ayuntamiento de Atlixco el complejo tendría un costo de mil millones de pesos y obtuvo luz verde para arrancar trabajos en enero del año pasado.