Angelina B. Gradas

San Juan Tianguismanalco. Cada año por el descuido de los humanos de 20 y hasta 50 hectáreas de bosque se incendian, basta una fogata mal apagada para no solo se dañar gravemente al medio ambiente, si no también, exponer al riesgo a los brigadistas que son habitantes de las comunidades quienes acuden a controlar los incendios año con año.

Así lo aseguró el presidente municipal de San Juan Tianguismanalco, Martín Zanes Cortés, quién relató además que la catástrofe mayor fue la quema de 50 hectáreas de árboles sembrados hace cinco años con el fin de reforzar la fabrica del agua en la microcuenca donde coinciden su municipio y el de Atlixco.

En dicha ocasión se perdieron más de 500 árboles, por lo que ahora existe más compromiso por parte de los habitantes de comunidades como San Pedro Benito Juárez, San Baltazar Atlimeyaya, y todas aquellas que se encuentran asentadas en las faldas del volcán Popocatépetl.

Basta con tocar las campanas para que los brigadistas comunales salgan y se internen en el bosque con el fin de controlar y apagar el incendio que muchas de las veces se pone de grandes magnitudes debido a los vientos que circulan en la zona.

“Pero la naturaleza es sabía y con las lluvias se recuperan los árboles y reconoció que la recuperación de las zonas boscosas para atraer las lluvias y continuar con el ciclo de la producción del agua para consumo humano, va a llevar mucho tiempo, pero los primeros pasos se están dando, por ejemplo, en la microcuenca de la barranca de la Leona donde se plantaron arboles”, apuntó.