Angelina B. Gradas

Atlixco. Es un hecho que se logró el rescate gastronómico de dos platillos de la cocina tradicional poblana y atlixquense, esto gracias a la investigación  y persistencia del comunicólogo Héctor Miliani, quien desde la temporada de verano del 2021 mostró al mundo que además del chile en nogada las familias de este municipio tenían la costumbre de degustar el mollete poblano y las llamadas rajas fingidas.

“Yo no estoy en contra de la innovación y de que se quiera adaptar lo sabores a otro tipo de formas, postre o bebidas, pero no debemos olvidar lo tradicional, ya que hemos logrado que al ponerlos en la vitrina desde el año pasado en los hogares atlixquenses se retome esta receta con el sazón de cada familia y se vuelva a servir en la mesa para saborearlas en el hogar”, señaló Miliani.

Aseguró que ya no están en extinción y que ese era uno de los objetivos que le mueven en cada temporada del año a aportar su granito de arena en lo gastronómico, cultural y religioso.

Mollete Poblano

Se trata del postre tradicional realizado con un pan especial de huevo, relleno de crema pastelera envinada y bañado con una salsa de pepita de calabaza. Héctor reiteró en entrevista con este medio de comunicación que este dulce platillo surgió al mismo tiempo que el chile en nogada y que también fue presentado en su momento al emperador Agustín de Iturbide.

“Como un postre en aquella época, al convertirse el chile en nogada en un platillo fuerte y un tanto picoso, se opta por que el postre después del platillo tradicional fuera precisamente este”, detalló.

Explicó que la salsa de pepita se elabora casi de la misma forma que la masa que se usa para el dulce llamado jamoncillo, pero no con la misma consistencia. La porción alcanza para tres a cuatro personas, tiene un costo de 50 pesos.

Las rajas fingidas

“Porque finge ser lo que no son”, así explica Miliani el nombre de este platillo tradicional atlixquense que las familias de escasos recursos optan por consumir ante la imposibilidad de comer el chile poblano.

“Es un guiso alterno al chile en nogada, un guiso que disfrutaban en familia y sin la necesidad de pasar horas capeando cada pieza, pero emulan el sabor del icónico platillo, pues contienen lo mismo, pero en diferente presentación”, aseguró.

En su caso, la receta viene de su abuela, quien trabajó en un restaurante denominado “California”, que se ubicaba en la década de los años 40 cerca del zócalo de la ciudad, montado sobre un vagón de ferrocarril. Y fue trabajando en ese lugar que aprendió y compartió recetas tradicionales de la época como las rajas fingidas.

Ambos productos los tiene a la venta los fines de semana en la esquina de la 3 poniente y 11 sur, en el barrio de San Juan de Dios, en el establecimiento denominado “Cemitas Domingo” y son sobre pedido para comer a domicilio o en el lugar.