Ángel Gradas

Atlixco. Ricardo empieza a padecer la tristeza en el centro de detención en el que se encuentra, pues está a expensas de una asistente social del gobierno norteamericano, “Ya extraña a su familia, quiere regresar, cada ocho días habla por teléfono con sus padres y la espera hasta el 24 de agosto se le hace eterna”, comento Mario González, responsable de la oficina de atención migrantes de Atlixco, quien está al pendiente del caso.

Ricardo tiene 16 años y desde hace cuatro meses que salió de su casa en junta auxiliar de Tejaluca, junto con su padre en busca del sueño americano, hoy se encuentra en espera de su juicio en Arizona para determinar su situación legal por intentar ingresar a los Estados Unidos de Norteamérica sin autorización. 

En casos como el de Ricardo, donde se solicitó el asilo político por parte del padre al momento de la detención el juez norteamericano tiene dos opciones de sentencia, la deportación o la permanencia en el país si algún familiar del menor que este de manera legal en Estados Unidos lo reclame, siendo esta lo que no sucederá porque Ricardo no tiene familia en aquel país, con esas características.

Fue la difícil situación económica la que orillo a Jorge, el padre del menor, a decidir intentar pasar a la Unión Americana, decisión  que viene lamentando desde hace casi cuatro meses en que fueron detenidos por la patrulla fronteriza y separados, porque mientras al  padre lo deportaron al menor lo mandaron a las “jaulas de Trump” en donde aunque no falta alimento si sobra soledad.

“Por su parte los padres del menor, solo piden ya que lo deporten, quieren verlo y tenerlo de regreso en su casa”, finalizó el funcionario.