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Cinco años del sismo del 19 de septiembre 2017 y una lenta reconstrucción
Angelina B. Gradas
Atlixco. “Liga de veteranos master Atlixco, torneo de copa 2017”, es el encabezado que se lee en una hoja que permanece, desde hace 5 años, en uno de los cristales de la antigua oficina del deporte, que se ubicaban en centro cultural el Carmen, uno de los edificios más dañados por el sismo del 19 de septiembre del 2017 y que solo ha recibido manita de gato en su fachada, con el fin de evitar que esta se venga abajo, pero que en el interior el cúmulo de escombros continúa inamovible desde las 13 horas con 15 minutos de aunque fatal día.
En este edificio perdió la vida la entonces directora de obras públicas Diana Canseco, quien viajaba todos los días desde la ciudad de Puebla para cumplir la labor para la que fue contratada por el gobierno del entonces alcalde José Luis Galeazzi Berra, sus restos fueron rescatados de entre restos de techo de este inmueble histórico casi siete horas después de la tragedia. Desde entonces el portón del que fuera durante un tiempo en el siglo pasado el cuartel del Ejército Mexicano, cerró sus puertas, el tiempo se congeló; un pequeño orificio en la madera permite, acercándose demasiado, ver dentro como dejaron los elementos de la SEDENA el material desprendido, tras la recuperación de los restos de Diana. En el cristal cubierto con plásticos negros por dentro, lo único que da fe al exterior de lo acontecido, es ese rol de juegos.
En frente de este edificio oficial ubicado en la 4 norte, está otro que no ha sido reconstruido, pero que sin embargo los propietarios siguen rentando para una imprenta en la planta baja, mientras la fachada y lo que resta del techo, se llena de maleza, humedad y cada cuanto se desprende material hacia la banqueta. Continuando el recorrido sobre la calle constitución esta lo que fuera un hotel, llamado Colonial, que años antes del 2017, era el lugar donde daban servicio las mujeres dedicadas a la prostitución; hoy en día su fachada representa un riesgo constante debido a la fractura visible que tiene, llegando a la esquina y girando a la derecha se encuentra uno otra casa habitación en el olvido, dañada por el sismo. Sobre la dos sur lo que fuera el edificio conocido como el Carolinito, porque albergó en el siglo pasado a la preparatoria Regional Simón Bolívar.
En esta ciudad sin lugar a dudas el sitio más representativo del sismo del 19 de septiembre del 2017 es la calle 3 norte entre 4 y 8 poniente, en donde la destrucción de la fuerza de la naturaleza y el hombre es un continuo recuerdo de la importancia de la prevención y que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es uno de los principales factores para que los dueños no puedan intervenir su propiedades para terminar de demolerlas o rescatarlas de acuerdo a sus posibilidades económicas.
Justo en la esquina de la 3 norte y 6 poniente, el llamado monumento al sismo, un montón de escombro y fierros retorcidos, permaneces gigante, siniestro y atemorizante con ser mayor si lo que queda en pie sede a las inclemencias del tiempo derrumbándose pese a los polines que intentan contener la destrucción. Lo peor es que la amenaza es mayor debido a que es una calle que continúa transitable tanto por peatones como por las rutas del transporte público local. Hoy además es una cueva de adictos y malvivientes, que, sin temor a perder la vida, hacen fogatas dentro de las pocas habitaciones que aún existen.
En contra esquina el crecimiento de plantas silvestres y una mal colocada lona preventiva de riesgo, atada a maderas que tienen 5 años resistiendo al peso de la fachada de otra casa, es lo que logra que los peatones se pasen a la acera opuesta para transitar por esta zona. El boquete que tiene en la parte alta de la fachada pareciera ser una ventana creada por la naturaleza para apreciar desde tierra firme la ermita en el cerro de San Miguel.
La reconstrucción, que se ha dado paulatinamente, en edificios privados, públicos, educativos y de salud, el gobierno actual, encabezado por Ariadna Ayala Camarillo, no tiene números claros aún, pues la alcaldesa asegura que es Conavi quien tiene la información certera y que por ello están por firmar convenio para poder acceder a todos esos datos. No se ha aventurado a manejar porcentaje de la recuperación ni montos invertidos a la fecha a lo largo de estos cinco años.
Por su parte dueños de casonas en el centro de la ciudad que de diversas formas siguen en el intento de recuperar sus inmuebles tras el sismo, señalan que la pandemia vino a retrasar aún más esta labor, porque no solo se paró durante dos años la actividad comercial en el Pueblo Mágico que les permitía ingresar recursos propios si no que los apoyos de los diferentes niveles de gobierno se retrasaron. Tal es el caso de la familia Ugalde que vive en la calle 4 oriente, en una casa antigua del siglo pasado que es herencia de generación en generación, construida en los años de la fundación de la Villa de Carrión.
A la fecha esta casona requiere al menos una inversión de dos millones de pesos, pues los techos continúan dañados, el entrepiso tiene fracturas y con las lluvias, aumenta el riesgo, permanece con polines tanto la planta baja como en el segundo piso, con el fin de proteger a la familia que lo habita. “Cada lluvia es una corredera para vigilar que se mantenga en pie”, señaló Alma Sánchez Ugalde integrante de esta familia.
Y cada año resulta más costoso, pues la inflación encarece los materiales para la reconstrucción y los ingresos no van a la par de ese aumento, por lo que esperar en el gobierno es el camino más largo pero el que aún creen es seguro.
Entre el recurso invertido por ellos y el enviado por el gobierno federal se puedo recuperar poco más de 50 por ciento de la vivienda, queda el otro 50 por ciento, pero aún no tienen claro de dónde vendrá ese dinero, porque, además, la entrevistada aseguró que en los mismos trabajos realizados por los expertos enviados por el gobierno está brotando humedad.
En este lugar viven cinco personas, dos de ellos menores de edad y un adulto mayor, por lo que quienes generan ingresos, solo son dos de los cinco integrantes, de esta forma el conseguir recursos se vuelve mucho más complicado para esta familia, sobre todo por las cantidades que requiere el inmueble para poderlos albergar como antes del sismo del 2017.
Confían en poder ser seleccionados para una tercera etapa de reconstrucción, que además es algo que el personal enviado por la dependencia federal le prometió, con eso posiblemente recuperen la planta baja y se garantice que el entrepiso no sea más de riesgo, pero Alma señaló en plática con este medio de comunicación que no saben para cuándo será esto.
“La primera etapa de reconstrucción la hicimos nosotros, con nuestras propias manos y ayuda del grupo llamado ´La máquina del mal´ retiramos los escombros que cayeron en la entrada de nuestro negocio, que es un estacionamiento, poco a poco fuimos levantando esa parte y otras dentro de la casa para poderla seguir habitando. La segunda que fue a través el gobierno federal se suponía estaba destinada para los entrepisos o la parte alta pero se aplicó finalmente en la fachada por recomendación del arquitecto encargado, ahora esperamos que nos vuelvan a incluir y sea para recuperarla realmente”, compartió.
Es preciso señalar que hubo casas que ya estaban destruidas antes del sismo y que participaron del recurso destinado para la reconstrucción, ejemplo de ella una ubicada en la 11 sur, esquina con la 3 poniente, edificio que llevaba décadas en ruinas y que fue el que más recurso recibió en el último paquete enviado para Atlixco, de tal forma que se encuentra totalmente reconstruido.