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Atlixcáyotl, el regresó de la fiesta grande
Angelina B. Gradas
Atlixco. Dos años de remodelación y de pandemia tuvieron que esperar los atlixquenses y los fans del Huey Atlixcáyotl para poder vivir la fiesta grande, pero toda moneda tiene dos caras y en esta ocasión, el tinte político, las manifestaciones, acoso y quejas no se hicieron esperar. Las denuncias llegaron a través de las redes sociales.
Mientras en el escenario sonaba la música de viento y los pies descalzos de los danzantes honraban la tumba de los dos menores de edad encontrados ahí mismo durante las excavaciones antropológicas, en la entrada a la plazuela, en la plaza de armas y en la plazuela de Fray Toribio de Benavente a los pies del exconvento de San Francisco, las quejas y manifestaciones no se hicieron esperar.
Historias paralelas se desarrollaron este 25 de septiembre, por un lado, la fiesta, la alegría, la música y la danza, muestra de la identidad local y del estado de Puebla; a la par la indignación, la impotencia, el acoso y los malos tratos los que prevalecieron en el acceso para los ciudadanos que buscaban acceder al graderío alto, que se supone es de libre acceso.
En tanto el antropólogo Stange Noe “Cayuqui”, comentó a este medio de comunicación en no estar de acuerdo en el cómo se hace el Huey Atlixcáyotl; “no saben, no entienden que no sabe, nos quitan la música, pero yo ya ni con contra de ellos ni con ellos, por eso mejor me retiro, ahora estoy en Campeche, más tranquilo”, en referencia el patronato que organiza esta fiesta de todos los poblanos.
Y pese a esto, Cayuqui estuvo en esta edición 57, pero a diferencia de las autoridades civiles el se sentó entre la gente, donde le gusta estar y pese que fue ovacionado y se solicitó que subiera al palco de honor, el permaneció en las gradas bajas disfrutando el evento.
El lado amable
Como en cada edición, está la número 57, pese a que se suspendió dos años, los danzantes comenzaron el ascenso desde el parque del Ahuehuete, poco a poco, fueron llenando de color y vida las calles de las colonias Ahuehuete, Solares y Ricardo Treviño. Los vecinos no perdieron la oportunidad de grabar el regreso de la fiesta grande, así como de empezar la vendimia de comida, bebidas, postres, bolsas, artesanías y un sinfín de objetos a lo largo de toda la colonia Ricardo Treviño.
La recién remodelada plazuela de la danza los esperaba con un lleno total en las gradas altas y bajas, con el arco de cucharilla, con la orquesta lista para hacer sonar el calabaceado como convite y permitir que los anfitriones, china y charros atlixqueños, abrieran pista acompañados de las icónicas mojigangas. Y entonces empezaron a repartir el llamado “pan de burro” y los sombreros con el listón referente a la fiesta, así como los canutos llenos de mezcal y licores de nuez, tejocote o frutos rojos.
Poco a poco, a un paso lento y con inserciones no contempladas en el programa, los grupos de danzantes fueron pasando ante los más de 15 asistentes. Cabe hacer mención que se trató del Huey Atlixcáyotl más largo en la historia reciente de la ciudad, casi siete horas duró desde las 10 de la mañana hasta las 4:30 de la tarde, más una hora antes de ir subiendo al cerro danzando. Por el momento el sol cansaba los ánimos de los espectadores quienes permanecían en sus lugares solo por dos razones, los Tecuanes de Acatlán de Osorio y los voladores de Cuetzalan.
Además, es preciso señalar que Miguel Barbosa es de los pocos mandatarios que más tiempo ha permanecido en la fiesta, se retiró a las 14: 20 horas, después de disfrutar de 12 presentaciones de un total de 20 grupos. Antes de él a las 11:20 se despidió el arzobispo Víctor Hugo Sánchez, después de casar en vivo a los novios de la danza Boda ancestral indígena del municipio de Nealtican.
En esta edición se presentaron danza como: El calabaceado del municipio de Atlixco; danza ceremonial indígena de Pantepec; bode ancestral indígena de Nealtican; danza tradicional de Huehuetones de Tlacotepec, San Sebastián Tlacotepec de Porfirio Díaz; baile de fandango de la junta auxiliar de Santa Lucía Cosamaloapan en Atlixco; danza de los toriteros de San Marcos Tlacoayalco en Tlacotepec de Benito Juárez; danza tradicional de Tejoneros de Ixtepec; danza tradicional de los coloraos del el Rosario en Chchiquila; baile del Xochototoli de San Miguel Teneztatiloyan Zautla; jarabe Colexero de Zinacatepec; fandango de Acateco de Acatlán de Osorio; danza tradicional de Tecuanes de Izúcar de Matamoros; danza de inditas guadalupanas de Santa Isaelo Cholula; danza tradicional de los Paxtles de Chinautla y danza ritual de los voladores de Cuetzalan del Progreso. Además, este año estuvo de invitado el estado de Tlaxcala con la danza de Basarios.
En este 2022 el Huey Atlixcáyotl contó con dos escenarios, pues conforme iba realizando su presentación y terminándose, cada grupo de danzantes fue llevado al centro de la ciudad, a la plaza de armas para bailar nuevamente frente a todos aquellos que no fueron al cerro de San Miguel.
La otra cara de la moneda
El tinte político, el fandango de Santa Lucía Cosamaloapan fue la danza usada para dejar en claro que en este municipio gobierna Morena, pues las faldas tradicionales de cuadros azules fueron cambiadas por color guinda, esto pasado desapercibido para mucho pero no para otro tanto igual, molestó a algunos de los asistentes, quienes señalaron que desde la elección de la Xochicihuatl, una noche antes, se insertó este tema, pues Atlixco fue el único municipio que tuvo dos representantes una de ella la de Santa Lucía Cosamaloapan portando una enorme falda guinda.
En la fiesta la mayor parte de las participantes de este bailes portaron la notable falda guinda, solo unas cuatro llevaron la tradicional de cuadros del tipo de tela que se usa para los baberos y mientras este grupo danzaba deleitando a todos los asistentes un grupo de manifestantes integrado por el Colectivo de Asociaciones de Atlixco y la Región, intentaban llegar hasta la plazuela de la danza para poder hablar con el gobernador del Estado, tal como lo anunciaron días antes durante su rueda de prensa.
Esto con el objetivo de expresarle la necesidad de darle solución a diversos problemas que en Atlixco, aseguraron, se están dejando de lado por parte del gobierno local, pero el intento fue en vano, por lo que decidieron colocar lonas en el zócalo de Atlixco y en otros puntos del centro de la ciudad.
A esta queja se sumó la de la Red de Feministas de Atlixco, quienes denunciaron acoso por parte de policías y elementos de seguridad vestidos de civiles, así como de empleados del gobierno municipal ante su llegada e ingreso a la explanada de la danza.
Los afectados compartieron fotografías y videos en la cuenta oficial de este grupo para exhibir el acoso y maltrato que le estaban dando no solo a ellas si no a la mayoría de la gente que espera en fila poder acceder a la gradería alta o a la ermita, pues señalaron que debían pasar por tres filtros de revisión minuciosos par acceder a un espacio que en teoría es libre.
“Compañeras activistas fueron al Atlixcáyotl a disfrutar de esta fiesta, sin embargo, el acoso de policías vestidos de civiles, personas del ayuntamiento y miembros de seguridad no cesó, las estuvieron siguiendo todo el tiempo, tratando de tomarles fotos y reportando por radio cada paso que daban. ¿La pregunta sería, el exceso de seguridad era para los y las ciudadanas o para proteger al gobierno?”, compartieron junto con imágenes.
A lo que en redes sociales, los usuarios, señalaron que es mejor que no vengan los gobernantes pues estresan el evento con sus excesos en las medidas de seguridad; “se supone que la fiesta es de los atlixquenses y somos los que menos podemos disfrutarla, mejor que no vengan”, comentaron en las respuestas.
Es preciso señalar que no es la primera vez que en una edición de la fiesta las medidas de seguridad sobrepasan lo acostumbrado, durante la visita de Rafael Moreno Valle se colocaron sensores de metales al ingreso a la zona, con Mario Marín de igual manera el cerco de seguridad fue irrompible. En este año, la vigilancia dentro de la plazuela fue constante.