Angelina B. Gradas

Atlixco. La introducción de semilla japonesa y china a los viveros de la zona de Cabrera para la producción de una flor similar al cempasúchil, pero sin olor, está afectando ya a los productores de la flor criolla que la siembran desde hace cuatro meses y cosechan para esta temporada.

Lorenzo Díaz Ortega, coordinador de un grupo de labriegos de la región de Atlixco, indicó que actualmente es entre el 10 y 12 por ciento de las ventas que les quitan los viveristas a los campesinos con este tipo de flor: “Que se ha logrado tropicalizar en Atlixco desde hace algunos años y que es más cómoda para los clientes al menudeo”, indicó.

Relató en plática con este medio de comunicación que está teniendo cada vez más auge, pues porque al comprador le es más cómodo poner una maceta en la ofrenda o para adornar oficinas y jardines, que ir por la maleta de flor al tianguis o a Santa Rita, cargarla, limpiarla y estar pendiente de que no les falte agua.

“Con la maceta, sin embargo, solo hay que rociarla y como es una flor preparada para durar la temporada, no se marchita pronto, luce mucho en las jardineras y en oficinas, entonces algunos grandes compradores como empresas buscan en los viveros el producto”, apuntó Díaz Ortega.

En un inició, hace cerca de una década, que empezaron a introducir esta planta, el porcentaje de clientes que la buscaba era menor, se hablaba de un dos por ciento cuando máximo, pero hoy en día aumenta; “Esto nos preocupa, pues en un futuro podría bajar mucho las ventas para los campesinos”, aseguró.

Por lo anterior solicito a los compradores que sigan buscando la flor de corte, la que se siembra en el campo de la región, porque es una derrama económica que se queda en casa.