Angelina B. Gradas

Atlixco. Un arreglo floral y su nombre en una hoja de papel bond es lo que recuerda que bajo la sombra de ese árbol en el zócalo de Atlixco, doña Eulalia vendió por más de 40 años semillas tostadas. 

El pasado 23 de octubre se supo que doña Eulalia Olivares Morales, se encontraba grave de salud, ella fue condecorada con el denominativo de Atlixquense distinguida en el año 2018, pero que fue más conocida como doña Lalita la que vendía pepitas en el zócalo de la ciudad, frente a la parroquia de Santa María de la Natividad.

Lamentablemente un día después falleció, las oraciones para su eterno descanso no se hicieron esperar por parte de muchos de los ciudadanos que viven en la zona centro de la ciudad, pues la mayoría de ellos la conocieron desde niños, vendiendo sus pepitas los domingos.

Ella tostaba en comal de barro ahí mismo sus semillas, para después ofrecerlas a los parroquianos que salían de misa, no importaba si era de mañana o de tarde ella siempre las tenía listas.

El día que recibió la condecoración como atlixquense distinguida que otorgó el gobierno de José Luis Galeazzi a al menos 100 habitantes de esta ciudad que se destacaron en algún ámbito local y como un reconocimiento en vida, ella relató: “comencé este negocio desde los siete años aproximadamente, vendiendo frente al mercado en la cinco sur, donde antes era el conocido negocio la Flor de Betania; en ese entonces vendía también frijol y trigo, viajaba en tren para ir a vender hasta la ciudad de Puebla, Cholula y Tecuanipan. Después empecé a vender pepitas y otros tipos de semillas en el zócalo de la ciudad, esto tiene más o menos cuarenta años, ósea que toda mi vida me he dedicado a este oficio y a él le debo todo lo que tengo”, indicó.

Todo el lunes su cuerpo fue velado en la capilla principal de Funerales Puebla, este martes se realizó la misa de cuerpo presente en el mismo sitio, así lo dieron a conocer amigos de quien fuera uno de los personajes icónicos del zócalo de Atlixco durante décadas.