Angelina B. Gradas

Atlixco. Con el vuelo de las mujeres águila se cerró con broche de oro la edición número 58 de la fiesta grande de Atlixco, el Huey Atlixcáyotl, una danza representativa de la identidad de Puebla, pero además que representa el avance de las mujeres en este tipo de ámbitos, pues se trata de un vuelo que anteriormente solo era permitido para hombres. Sin embargo, este 24 de septiembre cuatro mujeres con alas y penacho surcaron el cielo de la plazuela de la danza Neototiloyan, en el cerro de San Miguel Arcángel

En la fiesta de este año se registró una duración de seis horas, más de 500 danzantes y se superó a los 10 mil espectadores que se situaron en todos los puntos posibles de la pendiente en la cara oriente del Macuilxochitepetl.  Solo hubo un lesionado leve, uno de los danzantes del Carnaval de San Agustín Tlaxco, del municipio de Acajete durante la danza y debido a que porta una enorme máscara perdió las dimensiones y el límite del escenario cayendo de espalda hacia el público que se encontraba en primera fila.

El golpe lo recibió en la espalda, aunque algunos de los presentes quisieron sostenerlo para aminorar el daño, algo que aparentemente sí funcionó porque el hombre se levantó y por su propio pie camino hacia los servicios de emergencia para ser revisado, se reportó solo con el susto y el golpe.

El evento comenzó pasadas las 10 horas con la llegada de las autoridades como el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, acompañado Gabriela Bonilla, su esposa quienes permanecieron admirando las danzas de las 10: 30 de la mañana hasta las 2 de la tarde, momento en que se retiraron sin que casi nadie se percatara de este asunto.

El mandatario estatal, su esposa y la presidenta municipal, Ariadna Ayala Camarillo, coronaron a la Xochicihuatl de este año, Nicolasa Romero, originaria de Atlixco, de la comunidad de San Juan Ocotepec y a sus Xochipilis (princesas), posteriormente la “Mujer Flor” entregó el bastón de mando al Cespedes Peregrina y con ello dio inicio la fiesta grande.

Es preciso señalar que Salomón Cespedes participó ampliamente durante su estancia con los danzantes, ya que en no solo aceptó la invitación a danzar en varias ocasiones si no que hasta fue cargado en hombro y lanzado hacia arriba, como en una boda le hacen al novio, por el grupo de danzantes de Toltepec.

De igual manera estuvo el secretario de cultura Enrique Glockner, quien se quedó en lugar del mandatario estatal cuando se fue. Como invitado especial estuvo el actor Edgar Vivar quien ya es una de las personalidades del mundo del espectáculo asiduos a Atlixco. El momento memorable en este caso fue la fotografía que se tomó con los integrantes de la danza de los Toriteros de Cuecnopalan, ya que entre ellos uno de los “fueteros” iba caracterizado de “Ñoño” el entrañable personaje al que dio vida durante décadas el actor.

Fue Huaquechula uno de los grupos participantes que más aplausos arrancaron del público que por el momento parecía adormilado por el fuerte sol que se sintió durante las horas en que duró el programa que contempló 18 danzas provenientes de todas las regiones etnogeograficas del estado de Puebla.

Por el contrario, la danza de los “Tecuanes” que es una de las más esperadas año con año, dejó insatisfechos a los presentes: “Parece un ballet, trae hasta botarga, les falta enjundia, falta la bruja, el perro, el diablo. Muy bonitos sus trajes, pero no, no parecen originales”, comentó Rosita Luna, quien año con año sube al cerro de San Miguel a disfrutar la fiesta, insistió en que mejor hubieran subido a los tecuanes atlixquenses “Orgullo Acateco”.

El final y como una muestra de que la mujer se abre camino en todos los sectores conquistando espacios que hasta por usos y costumbres estaban destinado solo a hombres, llegó el momento del cierre que siempre corresponde a los voladores, en este caso fueron las “mujeres águila” de Huachinango, quienes tras hacer el ritual correspondiente engalanaron el cielo de Atlixco con el descenso desde la punta del mástil de 40 metros de altura.