Angelina B. Gradas

Atlixco. La danza de los Huizos es la más representativa de la zona urbana del municipio de Atlixco, en especial de las faldas del cerro de San Miguel y aunque por muchos años solo existió un grupo de danzantes, desde el inicio de esta administración surgió, por lo que al igual que se relata la lucha eterna entre el bien y el mal en la dicha danza, estos dos grupos de Huizos están en constante batalla por el reconocimiento y el apoyo por parte de la autoridad local.

El primer grupo de danzantes se conformó oficialmente hace 17 años e intervinieron en el rescate de esta danza vecinos de la colonia Ricardo Treviño ya que es precisamente en los andadores y callejones de este lugar donde se efectúa la representación con música y algarabía de la lucha entre el arcángel San Miguel y el Diablo, ganando siempre la batalla el bien. Esto se representa en vísperas del día dedicado a estos personajes, aunque este año fue este 29 de septiembre.

Por otro lado, hace tres años aproximadamente surgió un grupo nuevo los Huizos de la colonia Chapulapa, quienes recorren las calles de ese sector al poniente de la ciudad para representar esta danza y mostrar su fe.

Ambos reciben de una u otra forma apoyo gubernamental, sin embargo, son los Huizos de la Ricardo Treviño, también llamados Huizos del cerro de San Miguel, para recolectar recursos hacen boteo y realizan máscaras de cartonería que ponen a la venta para apoyarse año con año y poder compartir con propios y extraños esta tradición que implica además del recorrido la quema de toritos en el atrio del ex convento de San Francisco.

Los Huizos son demonios salidos del inframundo que danzan entre los vivos haciendo maldades, travesuras y buscan convencer a los atlixquenses de pecar y así poder llevarse su alma, además juegan un papel importante en la batalla entre San Miguel y el diablo, pues buscan obstaculizar siempre al arcángel para que, por al menos una vez en la historia, el mal triunfe sobre el bien.

En un inicio quienes participaban eran solo hombres adultos, que se disfrazaban de mujeres, actualmente la danza está abierta para todos, por lo que niños, adolescentes, hombre y mujeres participan disfrazándose inversamente, llenado de alegría y júbilo las calles de la ciudad por donde pasa el recorrido que dura cinco horas.