Angelina B. Gradas

02/01/2024     9:50:09 PM

Atlixco. Desde hace 14 años y directo desde Tepeaca, Issac Méndez, su hijo y algunos trabajadores vienen a montar un taller para "enchular" a los Niños Dios de las madrinas atlixquenses y de la región. Llegaron hace una semana y terminaran su labor el próximo 6 de febrero. 

Y aunque la demanda de este tipo de trabajo va a la baja, creen que por temas económicos o religiosos, reciben diariamente a todas las figuras que llegan a su carpa montada en la calle 5 poniente entre la avenida Independencia y 3 sur,  para darles un poco de amor y atención.

Cada día, aseguró en entrevista con este medio, recibe en promedio 30 bebés: “algunos vienen fracturados de sus manos de sus dedos, otros simplemente los traen para el retoque de color, para que se vean como nuevos, brillante y alegres”, compartió.

El hombre recuerda que empezó a reparar niños desde los 12 años de edad, es decir hace más de 23 años, le enseñó su papá pues este arte es de herencia, por lo que ahora orgulloso comentó que su hijo ya repara bebés y también ha transmitido su conocimiento a muchos jóvenes más que han trabajado con él.

En este 2024, la primera semana fue difícil casi no llegaban los clientes, sin embargo, conforme se acerca el día de la Candelaria comenzó a aumentar el trabajo. Ellos tardan dos horas en reparar cualquier tamaño de bebé, algunos de sus clientes esperan las dos horas cerca del improvisado taller, otros dejan un adelanto y vuelven al siguiente día, pero la mayoría ya son clientes de cada año.

“Tenemos este por ejemplo no venía dañado, pero cada año la madrina lo trae para que se le de su retoque y además de comprarle su ropón y su fuente lo entrega como nuevo  a la mamá”, señaló.

El costo máximo es de 250 pesos y aplica principalmente en los niños Dios de mayor tamaño. Son las mujeres provenientes de las comunidades y municipios cercanos a Atlixco donde la fe y la devoción siguen con mayor arraigo y cada año traen sus figuras.

Issac y su taller estarán hasta el 6 de febrero de siete de la mañana a siete de la noche, posteriormente regresará a su fábrica de figuras en Tepeaca, pero antes de irse invita a los atlixquenses a no permitir que se pierda esta tradición.