Ángel Gradas

Atlixco. La edición 2018 del concurso de papalotes cumplió con su cometido, decenas de personas subieron al cerro de San Miguel a ver y conocer el por qué vuelan.

Esta actividad que es promovida por la casa de la ciencia y el Instituto Universitario de Atlixco, A.C. (IUPAC) en su edición número 17 logró congregar a familias completas y tanto la explanada, como los andadores de este monte  fueron los lugares desde donde se elevaron los papalotes, muchos de ellos ya hechos de plástico.

No todos participaron en el concurso, puesto que una de las características a calificar era que estuvieran hechos a la manera tradicional, con popotillo y papel de china. Las categorías fueron dos planos y tridimensionales. Se evaluó la altura y tiempo de vuelo; diseño y colorido, así como la breve explicación de los principios básicos que hacen posible que un papalote se eleve.

Los participantes y asistentes fueron asesorados por gente del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE). “No es un concurso como tal, es un proyecto para despertar en los pequeños de Atlixco y de los visitantes la idea de la ciencia y la tecnología”, citó uno de los organizadores.