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Más alla de la madre luchona, ser madre soltera es todo un reto
Angelina B. Gradas
En todos los tiempos han existido esas mujeres que sin el apoyo del padre biológico del o los hijos, luchan día a día por sacarlos adelante, por enseñarles que lavar un plato no los hace menos hombres ni que maltratar a una mujer lo convierte en el manda más.
Hoy en redes sociales no falta el meme de la madre luchona, pero ¿Qué hay más allá de eso? ¿Cómo se las ingenian esas mujeres que por voluntad propia, viudez, divorcio o simplemente no les respondió el padre, con llevar la crianza de los hijos?
Región Atlixco platicó con dos de estas mujeres para quienes el 10 de mayo tiene un sabor a triunfo, porque lograron sacar a sus hijos adelante, porque aunque se perdieron de festivales y momentos especiales por buscar el sustento día a día, hoy sus hijos se los agradecen.
Haydee, relató primero lo difícil que fue conseguir ser mamá, ya que pese a los esfuerzos y los tratamientos a los que ella y su entonces pareja se sometieron, cada mes era una desilusión, finalmente después de poner el asunto “en manos de Dios” se dio el primer embarazo y después un segundo bebé llego a casa a los pocos años.
Y cuando todo parecía ser el sueño hecho realidad llego el divorcio por razones que no quiso compartir. “Un divorcio largo, cansado y que lastimó a mis pequeños, porque no está bien que unos niños tengan que comparecer ante un juez, no está bien que el ser que más los debe proteger los lastime de esa manera, exigiendo que decidan por uno de nosotros dos”, señaló.
Como todo proceso legal, ese divorcio se concretó y los menores de edad quedaron bajo custodia de la madre y fue entonces cuando inició el viaje maravilloso para ellos “sí, ciertamente con momentos muy difíciles, porque a veces te sientes sola, sientes que no puedes más, pero en verdad los ves y sacas fuerzas para seguir adelante”, recordó.
Reconoció que por fortuna el padre se alejó totalmente de los niños tras la separación, cosa que no debería suceder, pero que en su caso fue muy benéfico porque pudo criar a sus dos varones bajo una sola autoridad y no se preocupa por agarrarse a ”hijazos” con el ex marido.
“Hubo días en que me dormía a las tres de la mañana y me despertaba a las seis para prepararlos para la escuela a ellos y para prepararme yo, pues trabajaba y estudiaba para seguir adelante, mis padres me dieron la carrera técnica de secretaria ejecutiva y gracias a eso pude sacarlos y pude pagarme la preparación como radióloga, hoy en día tengo tres trabajos para mantenerlos, darles todo lo que necesitan”, compartió.
Y agregó: “agradezco a mi madre por formarme con esta fortaleza, por estarme apoyando desde la medida de sus posibilidades, igual a mi padre por no apapacharme en su momento, sino por decirme tu puedes y aquí vamos, mis hijos son mi orgullo, son mi apoyo, son tan maduros y me llenan de tanta alegría que divorciarme y convertirme en madre soltera fue la mejor decisión que tomé en mi vida”, finalizó.
El otro caso, el de Maggy, es diferente, inició hace 22 años, cuando descubrió a los 18 que estaba embarazada y que no contaba con el apoyo de su entonces novio, el enojo de sus padres la hizo salir de su casa y darse cuenta que el pequeño ser que llevaba en ella era lo único que tenía.
Para ese entonces, en un lugar como Atlixco, donde era todavía mal visto que las chicas fueran madres solteras y jóvenes a ella eso no la detuvo, por fortuna, sus padres recapacitaron y desde entonces la apoyan con la crianza del varón que la vida le regalo.
“Yo en verdad les agradezco a ellos, porque mi mamá me dijo: "déjame al niño y vete a estudiar", cuando le daba hambre a mi pequeño me lo llevaba hasta la escuela, le daba yo de comer y se regresaban a casa, mi mamá iba a los festivales, a la firma de boletas, a los homenajes, lo ayudó con la tareas, mientras yo me preparaba académicamente y después mientras yo trabajaba de enfermera; la verdad, sin ella no habría sido lo mismo”, comentó.
Resaltó que lo más difícil de ser madre soltera es precisamente que debes dejar de lado momentos especiales, verlos crecer mientras no estás, pero señaló que muchas veces eso es precisamente lo que los hace más fuertes a ellos, más despiertos, maduros y agradecidos.
Hoy su hijo de 22 años está en la universidad, casi por terminar la carrera y ella se dijo ‘orgullosísima’ de él, agradecida con sus padres y hermanos; “porque se quedó sin su padre biológico, pero gano dos padres: mi papá y mi hermano, además tuvo tres mamás; su abuela, mi hermana y yo. Es un joven muy amado y yo doy gracias por eso”.
Ambas coincidieron en que cuando una mujer cría a sus hijos sola, se gana el respeto y el amor de ellos porque valoran su esfuerzo; “en la mayoría de los casos la madres solteras, educamos, más si son varones. Crié hombres que no serán machistas, porque aprenden a ayudar a la madre desde pequeños y si tienen hermanitos más, aprenden a darle a la mujer su lugar”, apuntaron.